Los hombres- y mujeres- se miden de varias maneras, dependiendo de la vara que se utilice. Si usamos la del dinero tendremos la medida de lo externo, mientras que si usamos la de los actos que realizan obtendremos la de su esencia. En ambos casos existe una relación inversamente proporcional, con contadas excepciones, entre grandeza de billetera y de alma.
Este es el caso del jefe de gobierno de la ciudad autónoma de Buenos Aires, un niño rico, nacido en cuna de oro, acostumbrado a salirse siempre con la suya a cualquier precio. Desde la fatídica década menemista hasta el día de hoy el clan Macri ha estado siempre presente en cuanto negocio –o negociado- anda dando vueltas por nuestro país. Correo, futbol, política, pareciera que los multifuncionales genes de esta familia, están capacitados para desempeñar cualquier tipo de función. Pareciera, claro, porque en realidad los hechos demuestran lo contrario.
Vamos ahora a analizar el último gran escándalo, minimizado por la prensa pseudo titulada independiente y objetiva, la misma que predice el fin de la libertad de expresión con la llegada de la nueva ley se servicios audiovisuales.
Escándalo 1: Fino Palacios.
Macri anuncia que el policía federal Jorge Alberto Palacios estará al frente de la nueva fuerza (Policía Matropolitana) creada por el Jefe de Gobierno porteño. El “Fino” había sido superintendente de Investigaciones de la Federal, pero fue desplazado por el entonces presidente Néstor Kirchner luego de que una escucha telefónica lo vinculara con un imputado en el secuestro y asesinato de Axel Blumberg, estaba imputado en la causa AMIA, como "partícipe necesario del delito de encubrimiento, autor penalmente responsable del delito de abuso de autoridad y autor del delito de violación de medios de prueba" el fiscal Alberto Nisman lo acusa de encabezar un grupo de espionaje contra familiares de las víctimas de la AMIA, políticos y empresarios, de haber "ordenado, implementado y supervisado" las escuchas telefónicas a Burstein, a través de James, ex oficial de inteligencia de la Federal.
Escándalo 2: Ciro James
Ex policía federal y abogado Ciro Gerardo James, fue detenido con un kit de espía, compuesto por equipos de grabaciones, de control de líneas telefónicas y otros de interceptación de comunicaciones, estaba contratado por el Ministerio de Educación porteño desde 2008, había empezado los trámites para incorporarse a la nueva fuerza creada por Macri. Fue acusado de realizar escuchas telefónicas a familiares de las víctimas de la AMIA y al empresario Carlos Ávila. A fines de octubre, fue procesado con prisión preventiva. Unos días antes, Palacios había admitido en una entrevista que había recomendado a James.
Escándalo 3: Chamorro
El nombrado sucesor de Palacios, de acuerdo al expediente del juez Norberto Oyarbide, pidió un informe comercial de Forza el 26 de febrero del año pasado, después hizo lo mismo con Bisol y con Medicard, ésta información la guardaba en la PC que tenía en el séptimo piso de la oficina de Maipú 216. Ahí funcionaba Strategic Security Consultancy, empresa de Palacios. Sus despachos están a metros de distancia uno del otro. En la misma época en que Chamorro pedía el informe comercial de Forza, Palacios lo recibía en su despacho. El joven asesinado en el triple crimen de General Rodríguez llegó con su esposa y un acompañante. Un testigo reveló que Forza ya tenía problemas económicos con su droguería Seacamp y vivía amenazado. Lorenzo (dueño de la droguería San Javier) también conoció la oficina de Palacios, quien lo derivó a la modesta oficina de Chamorro. La Justicia lo vincula con la mafia de los medicamentos y el crimen de Sebastián Forza, ya que descubrió cientos de llamadas entre el espía y las oficinas donde funciona la nueva fuerza de seguridad de la ciudad.
Escándalo 4: Posse
El recientemente nombrado Ministro de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Abel Posse, posee entre sus referencias la de haber sido ex funcionario de la dictadura (fue embajador), ser acérrimo defensor de las líneas ideológicas y políticas del terrorismo de Estado y autor de frases como “el rock estupidiza a los jóvenes”. Con este bagaje llega a uno de los ministerios más importantes, aquel que delineará la forma de la educación de niños y adolescentes, el que dará las claves sobre qué se debe y qué no se debe decir y quién lo dirá.
Sin ningún tipo de filtro, vomitó en su última editorial del diario La Nación todo su pensar y sentir, como para que nos quede claro cómo piensa.
Ustedes se estarán preguntando cómo hizo Macri para justificar tanta inocencia de su parte ante tanta metida de pata…. Pues bien, para el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la culpa de todo la tiene el Gobierno Nacional (sic). Daba lástima verlo y oírlo balbuceando alguna explicación a lo inexplicable, con cara de “yo no fui”. Lo peor es que sí fue, sí es, y si a todo esto le sumamos el desempeño de la U.C.E.P (Unidad de Control de los Espacios Públicos)
la que, como los viejos escuadrones de la muerte brasileros, aparecen de noche para correr a palos y destruir lo poco que tienen a todos los que viven en la calle; obtendremos el perfecto perfil del pequeño hombre de billetera abultada.
Pero lo peor de esto aparece cuando nos preguntamos ¿y si es esto lo que eligieron los porteños cuando votaron a Macri?
Marta Pascual
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